19 agosto 2008

EXPLICACIONES (I)

Una lectora, podría decirse que enfadada, de este blog pide en su mensaje explicaciones sobre algo publicado hace ya más de tres años. La entrada a que hace referencia es ésta y la señora manifiesta con especial intensidad, en todo caso con absoluta corrección, su sorpresa e inquietud por el contenido del último párrafo, que –por cierto, no sin cierta desvergüenza- se reproduce aquí de nuevo:

Para mi ¡qué difícil equilibrio! Ahorrar penas. Cortar alas. Mentir. Adormecer. O dejar sufrir. O dejar volar. Y callar. Y avivar almas."

Alguien dijo con gran acierto que se recuerda mucho mejor lo que se lee que lo que se escribe. Prueba de lo cual puede muy bien ser que cuando pasa el tiempo y se revisa lo escrito por uno mismo, se tiene la impresión de que lo que se pone ante los ojos no es criatura nuestra, que otro -con el que acaso y en primera apariencia podrían compartirse algunas afinidades- lo pensó y lo escribió, y aun eso no del todo bien. Y sin embargo, en este concreto caso la cosa no es así.

Porque las líneas que irritan a la sensible correspondiente las reconoce plenamente como propias quien al escribirlas -conceptista incorregible él y por lo mismo muchas veces difícil de entender, insufrible de leer- lo que en realidad quería contar era que dudaba sobre la mejor manera de criar a sus hijos. Será que cuando se tienen cuarenta años y al propio cuidado dos planticas en sus primeros brotes, se le gasta a uno en pensar cómo regarlas y cuánto, con qué frecuencia podarlas, si abonarlas, a cuánta luz exponerlas y en qué suelo cavarlas, más tiempo que en ver de expresar con claridad todas esas dudas.

Dudar no está mal. Es algo intrínsecamente humano. Josu Jon, un perro de raza oriental que comparte muchos ratos con el responsable del enfado de la lectora, no duda nunca. Nada. Y no porque no pueda tomar decisiones. Al contrario: el animal decide si mostrarse cariñoso o huidizo con su amo, si comer ahora o después, si olisquear esta farola o aquel alcorque, y actúa en general –siempre dentro de la autonomía propia de su condición de perro y sin más cortapisas que las que le imponen la conveniencia de su amo y las ordenanzas municipales- con el mismo aplomo, similar aparente desenvoltura, con que se conducen muchos hombres con los que nos cruzamos todos los días.

Puede que merezca la pena seguir con esto. Pero será otro día. Tendrá que esperar aún un poco más la amable lectora para ver completamente satisfecha su demanda de explicaciones.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Alguna vez, uno de mis maestros de literatura nos dijo: "El escritor debe escribir para sí mismo" la manera de expresarse transmite al lector diversos mensajes según lo entienda, pero no se preocupen, advertía, habrá quienes no entiendan nada, o sea no se transmitirá ningún mensaje o todo lo contrario habrá quienes interpreten lo leído como algo escrito por él mismo... al desnudar el alma, cuántas veces simplemente al escuchar una canción, leer un poema o un simple artículo nos identificamos con ello? hasta pensamos.. Parece que fue escrito para mí.
Al leer este artículo, y expuesto el comentario de la lectora y la explicación de mi estimado Viator en mi muy particular opinión es valido dudar, es de humanos puesto que la reflexión nos puede llevar a la duda antes que el análisis antes del convencimiento o la aceptación o creación de una filosofía.
Si bien es cierto que algunos no estén de acuerdo en que hay cosas que no hay que dudar por el simple hecho de no necesitar prueba de alguna hipótesis.. Aun así es valido que quien quiera dudar lo haga, puesto que somos individuos con libertad de pensamiento, libertad de elección y decisión aun tratándose de Dios quien nos otorga ese privilegio o ese don; por que precisamente al convencerse uno mismo, al tener la certeza que ese Dios existe es lo que engrandece la Fe, el Amor...

Anónimo dijo...

Por mi parte está todo muy claro. Probablemente malentendí lo del dilema. Ahora veo. Sí, es difícil educar a los hijos, pero teniendo las ideas claras y sabiendo qué abono suministrarles... florecen y dan frutos con la abundancia que Dios quiere.

Sigo su blog. No deje de escribirlo. Gracias