22 julio 2010

CÓMO HACER UN DRY MARTINI

A petición de varios seguidores de este blog y para contradecir con datos la versión que me hace llegar mi corresponsal en Valencia, que ha ido el tío una vez al Negresco y cree saberlo ya todo en materia de coctelería, pongo aquí un vídeo que muestra el modo canónico de hacer un dry martini. Naturalmente la marca comercial de la ginebra que aparece en el vídeo -que, todo hay que decirlo, a mí me está buenísima, aunque esto no quiere decir nada- puede sustituirse por otra cualquiera de primera calidad. Esto -y sólo esto, amigos- va en gustos.

Porque no, no hay alternativas. Éste que muestra aquí este inglés tan simpático es el único modo de elaborar un dry martini. Lo demás tiene otros nombres: wet martini, franklin, gibson, dirty martini, churchill... pero no, nunca, dry martini.

Las cosas serias hay que tratarlas con seriedad, por favor.

19 julio 2010

COMPLUJAZZ

Complujazz. Día 2.

Primera parte:

Sons-nús. Todo su disco 2010.

Segunda parte:

JD Allen Trio.

Kinda like a jam session.

Es fácil que por ser padre sepa uno cómo un sencillo comentario sobre el poder adictivo de determinadas sustancias, dejado caer habilidosamente en una comida familiar con el único propósito de explicar a dos niños -de siete y nueve años respectivamente- por qué algunas personas hacen en algunos momentos de sus vidas cosas que les resultan objetivamente perjudiciales, puede rebotarle a uno cinco meses después a la luz de la luna en medio de un concierto de jazz.

Cierto que ya resulta bastante peregrina la sola idea de llevar a dos menores a un espectáculo cuya primera parte consiste en la interpretación de diez o doce temas de música experimental a cargo de una contralto y un contrabajista, y la segunda en una larguísima jam session del trío de un saxofonista de moda en Nueva York. Pero hacerlo en un lugar como los jardines del Museo del Traje en la Ciudad Universitaria de Madrid, a las diez de la asfixiante noche de un diez de julio es exponerse al riesgo de tener que dar un montón de explicaciones sobre qué es lo que realmente fuman algunos aficionados a este tipo de música cuando tienen ocasión de escucharla al aire libre.

Así hubo de hacerlo el que suscribe una vez despejada la tentación de mentir a sus hijos sobre qué era lo que les olía tan raro y por qué el grupo de espectadores que se pasaba un cigarrillo de mano en mano parecía disfrutar con especial laxitud del sonido desnudo de Maite Dono y Baldo Martínez. Pero superada -no sin algún esfuerzo argumentativo- la pequeña anécdota, incluso los que asistíamos al espectáculo sin más aderezo químico que el que pudiera encontrarse en el agua mineral que bebíamos sin cesar, disfrutamos de una maravillosa experiencia.

Sons-nús es el nombre de la unión, no se sabe si temporal o definitiva, de dos espíritus verdaderamente sensibles a la música y la poesía: Martínez y Dono -no necesariamente por ese orden ni los nombres ni las artes-, y ya se sabe que cuando dos o más personas con sincero amor por lo bello se unen, el resultado suele ser bueno. Especialmente emocionantes sus temas Ser de Neve o Cumes Mouros. O la hermosísima Chove. Dignísimo de mención el loco Ut.

JD Allen III es un saxofinista de jazz tan americano, tan neoyorquino, que parece tener más éxito en Europa que en América, y eso teniendo mucho allá, según aseguran. Su trío hace un jazz complejo, lleno y auténtico. Tiene uno la sensación al escucharlo de que vencido cierto rechazo inicial, el esfuerzo de seguir escuchando merece -y mucho- la pena. Fue una gran sesión de jazz de estilo clásico.

Un adulto y dos niños caminaban a altas horas -aún calurosísimas- de la madrugada del once de julio de 2010 por la Avenida de Juan de Herrera de la Ciudad Universitaria de Madrid con la sensación de que algunas cosas, como la música, aún pueden reconciliarnos con la especie humana. Naturalmente los dos menores no lo saben todavía. Pero lo averiguarán. Lo averiguarán.

17 julio 2010

LA OTRA MÚSICA DE MI VIDA (VI)

Je crois entendre encore,

Caché sous les palmiers,

Sa voix tendre et sonore

Comme un chant de ramier!

O nuit enchanteresse!

Divin ravissement!

O souvenir charmant!

Folle ivresse! doux rêve!

Aux clartés des étoiles,

Je crois encore la voir,

Entrouvrir ses longs voiles

Aux vents tièdes du soir!

O nuit enchanteresse!...

Charmant souvenir!