22 enero 2009

LA CUESTIÓN DEL ABORTO (II)

Pregunta Josu Jon, con su mirada algo estrábica hoy, si la descomposición intestinal que sufre no tendrá su causa en un programa de televisión que vimos juntos hace un par de noches. La verdad es que pregunta esto más por buscar alguna explicación a sus excursiones nocturnas al rincón de la cocina donde se alivia últimamente, que por criticar el modo de hablar de las dos señoras intervinientes en aquel remedo de debate. Es lo que tiene ser perro: la moral, la política y otras nobles ocupaciones del intelecto -incluidas todas las artes y las ciencias- le preocupan menos a uno que la situación del propio tracto digestivo y la mala leche del amo recién levantado y agarrado al palo de una fregona con cara de "si te acercas a mi, te corto el hocico."

Probablemente no fue sólo ese programa de televisión lo que descompuso al pobre Josu. Hay que tener en cuenta que el animal ya vio en su día las imágenes del bello balandro holandés Women on Waves y a la inevitable Pilar Bardem dirigiendo la banda de música y el comité de bienvenida en el puerto de Valencia. El resto lo obró sin duda la lectura que hicimos muy formalitos, sentados los dos en el sofá, de un artículo durísimo en el que Prada llamaba brujas, así sin mucho ambage, a las del barco y a las del comité de bienvenida (la banda de viento metal se salvaba de milagro, o igual ni eso.)

¿Será que en esto del aborto no se puede hacer otra cosa que reproducir las mismas ideas estereotipadas que se vienen oyendo desde hace cincuenta años? ¿Es preciso escenificar , por otra parte, esta pesadísima obra de teatro siempre con los mismos actores? De un lado, esa rubia pija que se toca muchísimo el pelo y mueve con nerviosismo una cascada de sonoros y dorados collares y pulseras mientras habla de niños asesinados y cocea sin piedad la gramática española; y del otro, una feminista feísima con el corte de pelo de Calimero y la retorcida e hipócrita semántica de un miembro del PCUS.

Con estos elementos, no es de extrañar que la gastroenteritis se apodere de las tripas de tantos mamíferos que ven la televisión y leen los periódicos. Josu Jon, blanco y canela de la raza shi-tzu, entre ellos.

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